¿Sería el 2020 el año en que murió el cine? Pues… no. Solo desaparecieron —por ahora— la “aventura cinematográfica”, la sala oscura, la pantalla gigante, la experiencia colectiva. El cine, en su expresión de dos horas de una historia que diga algo, que cuente una historia, que enoje a alguien, que emocione o entristezca, ese cine está más vivo que nunca. Mejor aún: está vivo en forma de las películas más pequeñas, más extrañas y más interesantes que no habrían sido muy vistas en un año que los superhéroes dominaran la conversación, o las secuelas, o las precuelas. La incertidumbre solo nos dio más y más cine; malo, bueno, bonito, feo, regular, descabellado, audaz, atrevido, aburrido, esperanzador, terrorífico y, sobre todo, lleno de historias de mundo. Porque, cuando uno se sienta a ver una película, ¿qué esperamos obtener de ella realmente? Esa respuesta llegará a variar hasta de una misma persona que busque diferentes cosas dependiendo del día, la hora y el lugar. Entonces, lo mejor que podemos hacer es disfrutar el viaje y dejar que los hilos de una historia nos lleven hacia mundos conocidos o desconocidos. Y así, esperar que el tiempo invertido deje, al menos, una pequeña experiencia vivida en ese momento, sea para repetir, olvidar o solo conversar más adelante con alguien más.

Con ustedes, las mejores películas vistas durante el turbulento 2020, sin salas de cine, con tiempo de sobra y más opciones (fueran plataformas, streaming o métodos menos ortodoxos) de las que uno se podría imaginar para ver en casa.

Menciones honoríficas (de excelente a muy buena):

A Hidden Life
Martin Eden
Underwater
Kajillionaire
Wolfwalkers
The Invisible Man
Soul
Run

Peores (de peor a más peor):

The Prom
Vivarium
Mulan
The Devil All The Time
I’m Thinking of Ending Things

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10. Palm Springs

de Max Barbakow

Esta es película que toma dos maneras conocidas de presentar una historia: un concepto fantástico y una comedia romántica. Es cierto cuando se dice que “ya no las hacen como antes”, pero porque ya nadie se atreve a gastar dinero en comedias que involucren ciertos aspectos románticos y un conocido final feliz. La maravilla es que Palm Springs consigue dar en el blanco al plantear su tesis de cómo se comportaría realmente una persona que debe vivir el mismo día una y otra vez. Termina en una genial manera de subvertir la idea preconcebida y transformarla en una comedia romántica más compleja pero con éxito en entretener desde sus situaciones y gracias a sus dos actuaciones centrales (especialmente Cristin Milioti). Entonces, el final feliz procura tener su propio giro narrativo hacia el mejor rato que pasarán viendo esta película.

Andy Samberg y Cristin Milioti en Palm Springs. Hulu.

9. The Old Guard/The Rhythm Section

de Gina Prince-Bythewood y de Reed Morano

Estas dos elecciones podrían ser un poco de trampa, pero ¿qué es la vida sin unas cuantas reglas rotas? Además, resultan el combo perfecto para ver una después de la otra. Ambas, por su carácter de películas de acción bien hechas y por el inesperado profundo tratamiento de sus protagonistas. Mientras The Old Guard muestra la dinámica de un grupo que debe vivir con una carga (sea ventaja o desventaja) de la vida eterna y lo que eso conlleva si se descubre la verdad ante el mundo, The Rhythm Section representa la idea de venganza como la conciliación que se canaliza para cubrir y superar un dolor inmenso en la vida de una persona (Blake Lively es excelente en su papel). De directoras que presentan su voz en filmes imperfectos, pero que dejan entrever sus sensibilidades en historias que rompen moldes y admiten nuevas maneras de ver ciertas historias de género. Aquí hay escenas emocionantes de acción, pero no son huecas ni en vano de aquello que se quiere contar. Vale por dos, buen como de este año.

Blake Lively en The Rhythm Section. Paramount.

8. The Assistant

de Kitty Green

Cuando un día en la oficina se vuelve algo digno de ver en una película, ahí es cuando nos damos cuenta de que el cine realmente puede contar cualquier cosa y ser tremendamente profundo, si así lo quiere. Gracias a la sutil actuación de Julia Garner y el estilo sobrio de su directora, la frialdad de The Assistant es solo parte del mensaje que quiere transmitir. Cada momento y rostro que no se ve en pantalla dice algo que agudiza la trama que parece nunca desarrollarse. Al darnos cuenta de lo que la película quiere ser y hacer, solo queda asombrarnos por el curioso vistazo a la vida de esta muchacha que se adentra en el mundo oculto de la industria del cine: el del alto ejecutivo con mucho poder y sin nadie que lo pueda detener de sus acciones reprochables. Pero el núcleo emocional es esta chica, quien debe vivir su vida y cumplir con su trabajo sin poder quejarse mucho. Todo esto a través de imágenes que parecen monótonas, pero transmiten más de lo que vemos a simple vista.

Julia Garner. The Assistant. Bleecker Street.

7. The Trial of the Chicago 7

de Aaron Sorkin

El segundo esfuerzo en la silla de director del reconocido guionista resulta en una madurez de su estilo de montaje, al mismo tiempo que cuenta todo con sus ingeniosos y rápidos diálogos. Contada prácticamente toda en una corte judicial, la historia avanza a pasos agigantados mientras muestra su frenético grupo de personajes. Conforme se revelan las injusticias dentro de la corte, los sucesos dan para situaciones cómicas, partes dramáticas y revelaciones bien colocadas de la historia real. Así, en esa mezcla, se vislumbra la ancestral lucha entre el bien y el mal y las escalas de grises que se deben navegar entre términos legales y hasta morales. Es la genial representación de los opuestos y las contradicciones intrínsecas de cada bando que está en contienda. Si se busca justicia, ¿bajo cuáles parámetros debería sentenciarse? ¿Dónde están los verdaderos trazos de revolución: en las personas o en sus acciones, y qué motiva esas acciones? Así, entre ese ritmo incesante, buenísima música y un elenco de lujo —sin una mala actuación—, destaca Frank Langella como el juez en cuestión (es el mejor de toda la película).

Parte del elenco de The Trial of Chicago 7. Netflix.

6. Emma.

de Autumn De Wilde

Sentirse bien al ver una película no siempre se puede lograr. El conflicto es parte esencial de una historia audiovisual, pero qué alivio cuando se sabe que será resuelto como uno esperaría que suceda, y que el mundo estará bien después de eso. Emma, como ya es de esperarse, es un confite sabor a frutas, con extra azúcar y colores pastel muy vivos que se desborden de la pantalla. No es necesario preocuparse de nada al ver este filme, solo de disfrutar y enamorarse de sus personajes que exploran sus dinámicas. Claramente, el conflicto está ahí, pero no pierde su sabor original y varias capas de significación entre el melodrama de su narrativa. Es fácil encontrarse entre los diálogos elegantes de sus personajes y los muros y ropajes extravagantes que adornan cada encuadre de Emma, la película. Es más, solo con escribir esto y recordarla (que repetiré hasta el cansancio) me pongo a sonreír de oreja a oreja.

Johnny Flynn y Anya Taylor-Joy en Emma. Universal.

5. La llorona

de Jayro Bustamante

Pocas veces se ve el cine latinoamericano dar en el punto perfecto entre denuncia y género. Esta vez, La llorona, tercer película de Jayro, consigue armar su historia a ritmo espaciado, pero seguro. Al mismo tiempo, deja que la atmósfera se vaya armando y sintiendo conforme el filme avanza. Mientras más encierra a sus personajes entre muros, más se deja sentir ese sombrío motivo de ser de la historia. Con eso, el encierro del encuadre se amplía al llegar al final, como si el verdadero miedo fuera por estar afuera, a campo abierto. Entonces, La llorona no tiene que explicar mucho; sus imágenes bastan para dejar clara su denuncia, esa que se entremezcla en una pequeña historia de terror posible y que, dentro de lo que puede, hace justicia.

La llorona. Pacífica Grey.

4. Let Them All Talk

de Steven Soderbergh

Los experimentos en cine siempre le salen bien a Soderbergh. Este es director de mente creativa incansable y que siempre está en busca de algo nuevo y que no necesariamente será lo mejor. Pero qué bien le salió la idea de poner a sus actrices en un crucero a improvisar casi todas las escenas de la película. En Let Them All Talk, cada momento es una clase de improvisación hecha historia; y cada escena se ve editada de manera que todo fluye a la perfección, con un ritmo decadente pero hipnotizante. En su superficie, la historia de una autora con bloqueo de creatividad, su sobrino y dos amigas que la acompañan en el viaje; más adentro, un relato irónico de las relaciones humanas, los resentimientos personales, los ideales inculcados en las personas, los anhelos de vida y hasta la sencilla elección de solo dejarse ir con la marea. Todo lo anterior, dicho entre diálogos humorísticos que no todos podrán captar, pero que, a ratos, lograban sacarme carcajadas al verla. La reflexión de la vida surge de los espacios que habitan los personajes y cómo estos llevan a guardar secretos o a hacer confesiones que no se querían revelar. Quedo sorprendido de lo pequeña que puede ser esta película por fuera, pero lo inmensa que se siente una vez que se la observa con más detenimiento.

Meryl Streep y Lucas Hedges en Let Them All Talk. HBO Max.

3. Sound of Metal

de Darius Marder

En Sound of Metal, la premisa es la historia. No hay mucho más allá del planteamiento inicial, trágico y lleno de miedo que presenta la historia de Ruben. Sin embargo, la resistencia, el temor, la duda y (des)esperanza que experimenta el protagonista de esta historia es la profundización del viaje que debe tomar quiera o no. A su alrededor, el ambiente queda en silencio y no hay nada más pavoroso que eso. Y, contra todo pronóstico, ese silencio es la puerta abierta a nuevas personas y nuevas experiencias, aquellas que antes no eran tan fáciles de ver. De ahí, la resistencia permanente llega al punto de ebullición y Ruben tiene que dejarse ir; para liberarse de su terror absoluto tiene que, al fin, quedarse en verdadero silencio. Ahí, Riz Ahmed da una de las actuaciones del año, entre su desesperación y terquedad, hasta los sentimientos de adaptación y de aceptación hacia su condición repentina de vida. Esta no es película común y corriente, es más un llamado de atención a darnos cuenta de nuestros privilegios y sobre cómo debemos aceptar las experiencias de vida antes de luchar contra ellas, porque llegarán, querámoslo o no.

Riz Ahmed, Sound of Metal. Amazon Studios

2. First Cow

de Kelly Reichardt

La historia de una amistad poco convencional. El usufructo de una oportunidad inesperada. La demostración del paso del tiempo y de que todo llegará eventualmente a su final. Una puesta en escena de bellísimo carácter naturalista. El ritmo narrativo de una dirección confiada y consolidada. El filme más gentil del año. La historia de una vaca que da leche. ¡Muuuuu!

Dos amigos, John Magaro y Orion Lee, en First Cow. A24.

 

1. The Nest

de Sean Durkin

El juego de géneros ha sido tema común de este listado y The Nest no es la excepción. Con un nivel de detalle sin igual y la utilización de los movimientos de cámara para expresar una sensación de incomodidad, esta podría ser, fácilmente, una película de terror. Pero no el que causa sustos gratuitos o saltos inesperados; más bien, ese que viene de una tensión psicológica y humana, la cual repercute en todos los aspectos de la familia protagonista. La colocación de sus elementos crea una presencia propia del género, sin serlo realmente. Y las magistrales actuaciones de Carrie Coon y Jude Law sostienen el relato de emociones y sentimientos más centrados que esparcidos en mucho detalle técnico que vaya a distraer. No hay momento que sobre ni que distraiga del ambiente que acumula tensión, solo para dejar a la audiencia pensando en qué habría sido de ese (no) final. Las consecuencias de un matrimonio roto se desarrollan durante el metraje, cuyas imágenes van más allá de las metáforas que muestra. El drama interno de los personajes se adhiere al estilo de montaje y al ritmo que refleja los estados de ánimo y giros narrativos de la historia. Todo es un engranaje cuidadoso de creatividad. Este no es filme fácil de ver; podría, incluso, confundir. Sin embargo, la atinadísima puesta en escena y utilización de elementos propios de cierto género son elementos que no pueden pasarse por alto cuando se trata de colocarla como lo mejor que puede verse este año.

Carrie Coon y Jude Law en The Nest. IFC Films.

Feliz año nuevo. Salud.