Cuando tantas cosas suceden en el mundo y los estrenos de películas en casa cada vez son más en cantidad, la calidad no logra concretarse ni amarrar una mejoría de lo que ya se nos recetaba en salas de cine. Las últimas semanas, el bombardeo de Netflixha resultado en numerosos estrenos que son agregados al catálogo sin que nos demos cuenta, pero que se diluyen con más rapidez de la que nos damos cuenta. Esto se debe a que cada cosa tiene solo una vida útil de una semana, para continuar y hacerle espacio a lo que sigue. Así son los lanzamientos de esta época: vea pronto y continúe.Se ha perdido la profundización de las ideas que puedan plantear las películas; o peor aún: las ideas mismas parecen venir de lugares poco significativos y con aires de grandeza que no rascan ni la punta del iceberg (a pesar de algunos planteamientos interesantes).

De todas maneras, la plataforma es la que lleva una sólida consistencia en su cronograma de lanzamientos y mantiene el interés por los nombres que ha logrado atraer para producir contenido. Para muchos, Netflix es la salvación de las ideas, sin requerimientos ni muchas restricciones a la hora de armar y filmas una película (series también). Ese detalle se ve reflejado en el manejo completamente aleatorio de la colocación de sus productos y en cómo la calidad solo viene en dosis pequeñas. Claro, no todo el entretenimiento tiene que ser el mismo siempre ni tiene que ser para todos. La discusión, entonces, se vuelve interminable. Ahí hay tres películas originales que subrayan el terrible año 2020 en estrenos de películas.

 

I’m Thinking of Ending Things

«Pienso en el final» (I’m Thinking of Ending Things). Netflix

Casi sin mucho aviso, una de las más esperadas propuestas del escritor y director, Charlie Kauffman entró en conversación de la Cultura Pop durante un tiempo. Esta es la sorpresa que aparece como propuesta diferenciada e igualmente atractiva para las personas que conocían el estilo del reconocido guionista. Hasta yo me vi entusiasmado por tener la posibilidad de experimentar un estreno así de “grande” tan fácilmente. Sin embargo, mi entusiasmo se convirtió en decepción más rápido de lo que esperaba. Eso sin tomar en cuenta que ya existía la advertencia de que esta era película de amar u odiar. No me pregunten cómo me sentí yo.

Aquí, el irremediable estilo pedante de Kauffman no termina de cuajar en su propia propuesta narrativa. Cada nueva secuencia se confunde a sí misma y plantea un misterio a plena vista solo por la diversión de confundir al espectador y apelar a diálogos auto indulgentes que no lleva a nada. Si la idea era adentrarse en la historia de ciertos personajes (o en la filosofía interna de uno solo) su planteamiento final carece de esa premisa con solo guiños auto referenciales y momentos de nadaen lo que quisiera ser una disertación sobre una vida. Ahí, las conversaciones entre ambos protagonistas, fuera de ser atrevidas o iluminadas, terminan siendo bizantinas y de falsa profundidad, sin miras a construir siquiera una narrativa surrealista o sugestiva. Solo es el autor-director dándose palmadas en la espalda cada vez que coloca una imagen supuestamente astuta.

Al final, mientras se pensaba en ese final, el camino hacia terminar la reflexión solo queda en consideraciones huecas sobre la mortalidad, personajes de mera caricatura (que ni vienen al caso a partir de su propia significación final) y el peor ejercicio de pedantería en cine que podrán ver este año.

 

The Devil All The Time

The Devil All The Time y su elenco de dos generaciones. Netflix.

Entretanto, el realizador Antonio Campos, quien había sorprendido con la excelente Christine (2016), llega a Netflix con una historia sobre la maldad humana —¿tal vez?— y el impacto de las generaciones traumatizadas a lo largo de los años. Es curioso que ni el mismo Campos sabe lo que quiere decir con su película. Parece ser una reflexión sobre los pequeños pueblos del sur de los Estados Unidos, pero solo cae en mostrar, de manera terriblemente gratuita, actos de estupidez humana y de violencia generalizada. Todo eso podría haber sido mejorado con matices de alguna actuación (lo cual puede suceder); sin embargo, ni uno de los protagonistas se salva de estar solo posando ante la cámara sin darle un solo aire de dimensión a los personajes (podría rescatar, tal vez, el trabajo de Harry Melling). Con todo, The Devil All The Time resulta filme redundante, cruel y lleno de odio sin razón aparente para demostrarlo. Si no la han visto, no creo que valga la pena perder el tiempo, yo apenas y pude terminarla.

Una lástima que las actuaciones no den la talla en The Devil All The Time. Netflix.

Enola Holmes

El carismático elenco principal de Enola Holmes. Netflix.

Y, como postre, que resulta propuesta realmente dulce y encantadora, está el curioso spin-off del clásico detective londinense (basado en una serie de libros publicados por primera vez en el 2006). Aquí, la hermana menor de Sherlock Holmes es la protagonista y consigue llenar la pantalla de carisma y alegría. Los clásicos ingredientes de resolver un misterio se entremezclan con el viaje de crecimiento y madurez de la joven Enola y las aventuras que tiene para que eso se manifieste. Esta es su historia, y, por eso, al encontrarse con diferentes tropiezos en el camino, le ayudan su astucia y los modelos a seguir (su madre y dos hermanos mayores) que aparecen el tiempo adecuado en pantalla para dejar que el enfoque juvenil de la trama se mantenga. Claro, su narrativa episódica da paso a cierta duda de por qué esta película no fue concebida como una serie, pero las aventuras transcurren con suficiente fluidez como para amarrar todos los cabos sueltos que se plantean durante el metraje.

Con ayuda de una ágil dirección, y tremenda química entre el resto del elenco (excelentes actuaciones, casi todas), el estilo e intenciones de Enola Holmes son meramente de entretenimiento, pero uno en el que vale la pena adentrarse para disfrutar al máximo, como si fuera ese helado —del sabor que más les guste— que tanto se puede saborear una tarde de domingo. Home

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