Dos factores podían vender la más reciente producción de Christopher Nolan,Tenet: una historia de acción y viajes en el tiempo y él mismo; el nombre de Nolan como una marca. Así suponía llegar la anticipada mega producción que se catalogó como la salvación de las salas de cine cerradas, debido a la situación pandémica mundial. Con todo, el tiempo que había que esperar pasó y el filme estrena en salas de cine con moderada emoción y poca respuesta del público a la hora de asistir a las salas. Sin embargo, la conversación sí se ha generado, como el consuelo y alivio de olvidarse un rato del mundo y perdernos en el universo imaginado del último blockbuster que estrenará este año.

Con eso en mente, todo alrededor de la película parecía hacerse cada vez más grande y acaparar la razón principal por la cual existía emoción por verla: la oportunidad de tener una historia original (sin franquicias, secuelas o precuelas) como súper producción que emocionara a los cinéfilos. Por otro lado, la característica del director inglés de utilizar el concepto del tiempo solo se prometía con más fuerza a partir del título mismo. Pero todo eso se cae un poco una vez que la película entra a la ecuación. Con mucha lástima, debo reconocer que Nolan no consiguió superar la que podría ser su mejor película, Dunkirk.

Tenet, emoción sin límite de tiempo. Warner.

En Tenet, el tiempo es casi el protagonista de la película. Si no fuera porque «El Protagonista» es quien se mueve a lo largo de la historia, más teorías surgirían sobre los significados ocultos del filme. La premisa está planteada con aparente sencillez: espía que debe salvar el mundo con la ayuda de una máquina que revierte el tiempo para viajar al pasado. Sin profundizar mucho en eso, los engranajes se ponen en marcha y las secuencias de acción se entremezclan con las escenas que pretenden explicar la complicada trama desarrollada durante las intensas dos horas y media.

El plan en marcha ni el tiempo lo puede detener. Warner.

Con el pretexto de solo “sentirla” sin buscar “entenderla” (como si no funcionara siempre así con el cine: sensación, primero; comprensión, segundo) Tenet se emociona con sus propias ideas que pretenden ser más audaces de lo que en realidad son. La emoción de una genial persecución entre automóviles (que sucede casi en cámara lenta) no se salva de luego repetirse sin que se pierda un poco su relevancia. Más bien, conforme avanza, la narrativa se confunde, se atropella y se enfoca demasiado en no olvidar los detalles técnicos, en detrimento de su núcleo emocional; uno que, de todas maneras, no está muy bien definido.

Estos colores atractivos no se notan tanto en la película misma. Warner.

A ratos, parece que la humanidad del filme deberá recaer en la excelente Elizabeth Debicki y su personaje como madre y mujer atrapada; en otro momento, se insinúa que la amistad entre El Protagonista (un tieso John David Washington) y su nuevo amigo (muy carismático Robert Pattinson) es la clave de que la operación tenga éxito. Sin embargo, la película nunca llega siquiera a plantear una profundización de estos personajes para que a la audiencia se interese en cómo irán a terminar su viaje. La sola mención de ciertas emociones no es suficiente para sostener una historia demasiado preocupada por avanzar y retroceder sus trucos de subversión narrativa. Eso sí, con el apartado visual cubierto, gracias a un súper presupuesto que se le entrega a la “marca” del nombre Nolan, la película puede darse el lujo de explorar buenos efectos visuales (con montaje descuidado) y algunos espacios interesantes, a pesar de que no siempre estén en función de reforzar su relato.

Elizabeth Debicki es la mejor parte de Tenet. Warner.

Entretanto los cines buscan cómo atraer un poco de público para mantenerse vivos y la película misma se etiqueta como salvadora de las salas, no todos quedamos convencidos de que esta haya sido la gran propuesta original del popular realizador. Quién sabe qué habría sucedido en otras circunstancias, pero quisiera suponer que la opinión general de la película no habría sido muy distinta. Qué curioso se vuelve el cambio de la gran sala de cine oscura y la sala de tele de los hogares. Cualquiera que fuera el contexto, Tenet habría pecado de superficial e innecesariamente complicada. Más allá de confundir o no al público que llegue a verla, queda la sensación pasajera de que el resultado pudo haber sido mucho mejor.

En la memoria me quedan los aciertos ya mencionados y una imagen impresionante de un edificio explotando y des-explotando durante tres segundos que le vale a Nolan el presupuesto gigante que le dio el estudio. El tiempo dirá si deciden retroceder a querer entregarle un cheque en blanco. Home

5/10

Tenet es tan innecesariamente complicada que ni sus personajes entienden qué es lo que deben hacer. Warner.